miércoles, 10 de marzo de 2010

In Pure Spite (The Maharajas)



Cuando uno piensa en Suecia, así a bote pronto, lo primero que le viene a la cabeza es nieve, buen nivel de vida, Volvos y Saabs, vocales con circulitos encima, gente guapa y, de un tiempo a esta parte, trilogías literarias que arrasan en las librerías. Pero hay un lado menos conocido (al menos para el gran público) en el devenir sueco: su vasta producción musical (se dice que es el tercer país exportador de música del mundo, por detrás de los Estados Unidos e Inglaterra) y, más concretamente, la indiscutible calidad de sus bandas de rock. Y es que, amigos, la cosa no se queda en ABBA, sino que grupos como The Hives, The Nomads, Backyard Babies o The Hellacopters han subido, cada uno con su estilo propio, a Suecia en el podio del ruakanrol mundial.

Así, la banda que os presento aquí también viene del frío sueco, aunque os aseguro que frío precisamente no es lo que le hacen sentir a uno con su sonido. The Maharajas fueron fundados a finales de los 90 por Jens Lindberg, un veterano de la escena sueca, como forma de canalizar su pasión por el beat garagero, los sonidos sixties y el rock&roll. Para ello, reclutó a lo mejor de cada casa y le dio forma a su banda. Dicho esto, ya sabéis por dónde nos movemos: puro sonido Telecaster, amplis vintage, órganos Farfisa y fuzzbox a raudales. Para los puristas, indispensables los botines, el flequillo y las patillas bien largas.

In Pure Spite (Low Impact-Bloody Mary, 2007) es la cuarta, y hasta la fecha última, rodaja de estos garageros suecos. ¿Y qué encontramos en ella? Pues, aparte de lo ya mencionado (léase garage y rock&roll del bueno), toneladas de diversión y buen rollo condensadas en doce pepinazos que no hacen sino incitarte vilmente al baile y al descontrol, y dos temazos más lentos (Alaska Beach y I’m Going Home), de ésos que antes les grabábamos en una cinta a la chica que nos molaba. De los mencionados pepinazos, el que escribe se queda con Repo Man, que abre el disco y deja claro de qué va el asunto; On Hold (For Too Long), que encierra todas las esencias de la banda; y Split Personality, que si no te hace bailar es que estás más congelado que una varita de pescado (sueco, por supuesto).

Resumiendo, un concentrado vitamínico de sixties beat y rock&roll idóneo para estados carenciales de agitación y diversión. O, dicho de otro modo y parafraseando a los Doctor Explosion (grandes, muy grandes): antes de que sea tarde… ¡¡Diviértete!! ¡¡Muerte al rock!! ¡¡Larga vida al Rock&Roll!!

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